Revolución Radical de 1905
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La Revolución Radical de 1905 fue un
nuevo alzamiento cívico-militar protagonizado por la
Unión Cívica Radical entre el
4 y el
8 de febrero de
1905 bajo el liderazgo de Don
Hipólito Yrigoyen que tenía como objetivo de lograr
el viejo anhelo de terminar con el fraude electoral en
la Argentina.
El partido radical que había declarado el
29 de febrero de
1904 por medio del
Comité Nacional la "abstención
electoral de todos los radicales de la República” se
encontraba inmerso en una profunda crisis interna tras
las derrotas sufridas en la
Revolución del Parque de Artillería de 1890 y la
Revolución Radical de 1893 que se
profundizó con el suicidio de
Leandro
Alem y la muerte de
Aristóbulo del Valle en 1896. En este contextos se
organizan levantamientos en Bahía Blanca, Buenos Aires,
Córdoba, Mendoza, Rosario y Santa Fe que en su mayoría
fueron sofocados rápidamente con excepción de Córdoba y
Mendoza que continuaron luchando con duros
enfrentamientos durante 4 días.
Fue una de las rebeliones más importantes que sufrió el
país, por el número de personas comprometidas, las
fuerzas vinculadas y la extensión del movimiento.
Se había trabajado con mucho sigilo pero, a pesar de
eso, el gobierno estaba avisado de la situación. En la
Capital Federal, las medidas represivas sofocaron en sus
comienzos al movimiento. Los revolucionarios fallaron al
no poder asegurar el control del arsenal de guerra de
Buenos Aires cuando el general Carlos Smith, jefe del
Estado Mayor del Ejército desplazó a los soldados
yrigoyenistas. Las tropas leales al régimen y la policía
recuperaron pronto las comisarías tomadas por sorpresa y
los cantones revolucionarios radicales. En Córdoba los
revolucionarios toman prisioneros al vicepresidente José
Figueroa Alcorta a quien obligaron a tener una
conferencia telegráfica con el Presidente Manuel Quintana
para
solicitarle la renuncia a cambio de su vida, sin
embargo el Presidente no cedió y la amenaza no fue
ejecutada. En la misma redada intentaron detener al ex
presidente Julio Argentino Roca, quien avisado de esta
circunstancia logró escapar a Santiago del Estero. En
cambio, fueron detenidos su hijo, el diputado Julio
Argentino Pascual Roca, y Francisco Julián Beazley, ex
jefe de policía de Buenos Aires e interventor de San
Luis.
El gobierno nacional tras la contienda tomó represalias
desmesuradas deteniendo, no solo a los radicales
involucrados en los hechos, sino también a obreros
agremiados e integrantes del anarquismo y el Partido
Socialista, prohibiendo además su diarios a pesar que
este último había llamado a no participar de la
revolución.
Tres meses después de los hechos
Hipólito Yrigoyen se presentó detenido en el Juzgado
Federal asumiendo toda la responsabilidad del
movimiento. Luego de un breve interrogatorio fue dejado
en libertad bajo fianza, y todos los detenidos e
imputados de la revolución fueron indultados tras asumir
como presidente Figueroa Alcorta por la muerte de
Quintana.
Aunque nuevamente la revolución no tuvo éxito en
terminar en forma inmediata con el fraude imperante,
sirvió para convencer a muchos de los dirigentes de la
época en que se hacía necesario realizar cambios
profundos en el sistema político vigente que se
conseguiría finalmente en 1912 con la sanción de la Ley
Saenz Peña.
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Secuelas de los combates en Mendoza durante Revolución
Radical de 1905 – Revista Caras y Carretas – Año 8 –
Nro. 333 – 1905. |
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Efémérides de:
Revolución Radical de 1905 |
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Documentos de:
Revolución Radical de 1905 |
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Galería de Imágenes de:
Revolución Radical de 1905 |

Revolucionarios frente a la Estación Sorrento
del Ferrocarril Provincial de Santa Fe (hoy
Belgrano en calles Darragueira y Rep. de Siria)
de Rosario donde establecieron el Estado Mayor.
Revista Caras y Caretas Año 8 – Nro. 332 de
1905. |

Revolucionarios amnistiados en 1906 - Al frente
de galera y barba José Camilo Crotto. |

Radicales detenidos tras la Revolucion de 1905
(Señores Julio Honores, Eduardo A. Irigoyen, J.
Lacanti y otros). |
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Radicales detenidos tras la Revolucion de 1905 (Atilio
Larco, Adolfo Calvete, y Raúl A. Carranza en la azotea
del departamento de policia) |
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