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Ramón L. Moyano nació en 1918.
Joven militante radical de la localidad cordobesa de Cruz
del Eje en la se desempeñaba como Presidente del comité
local de la
Unión Cívica Radical que resultó asesinado a tiros por
su negativa de dar vivas al entonces Ministro de Guerra del
gobierno de facto de Edelmito Farrell, Juan Perón.
A la par de su militancia partidaria se desempeñó como
presidente del Centro de Empleados de esa localidad del
norte de la provincia mediterránea.
Falleció a los 28 años de edad el lunes,
14 de enero de 1946
en Córdoba, Argentina.
“A la una de la mañana del 13 de enero de 1946, Moyano y
un correligionario y amigo suyo, Temistocles Pedernera,
director del periodico La Idea, de Cruz del Eje, se
encontraban charlando, absolutamente desarmados, frente a un
bar, en pleno centro de dicha ciudad, cuando desde un grupo
de sujetos, formado por Miguel A. Cáceres, Felipe R.
Cáceres, Julio J. Silva, Eduardo S. Ruiz y Carlos Diaz,
ubicados en otra mesa, se exigió a los dos dirigentes
radicales que dieran vivas al coronel Perón, cosa a la que
se negaron los nombrados, tras lo cual desde el sector de
los provocadores la emprendieron a balazos contra los
militantes de la UCR.
Pedernera fue herido en un muslo y Ramon Moyano recibió un
tiro a la altura del corazón, de resultas del cual falleció
al día siguiente, generándose, a la par que un hondo pesar,
un enorme escándalo en toda la provincia de Córdoba. Se
acusó al sujeto Miguel Angel Caceres de ser el asesino de
Moyano.
El presidente del Comité Provincial de la UCR, Arturo Illia,
remitió al secretario de Gobierno un despacho telegráfico en
el cual manifestó que: “Denunciamos (...) el hecho lesivo a
la cultura cívica y a la paz social que había conquistado
nuestra provincia: el asalto a mano armada y sus
consecuencias en el ataque a la vida y a la integridad
física en las personas de los ciudadanos radicales Sres.
Ramon Moyano y Temistocles Pedemera, presidente el primero
del Comité de la Unión Cívica Radical, heridos ambos de
gravedad. Son autores del hecho consumado los integrantes de
una banda al servicio del continuismo oficial, que
ejercitaron sus designios de desprecio a los valores
fundamentales de la pacífica convivencia social de aquellos
que custodian el honor y la vida de los ciudadanos, actos en
flagrante contradicción con las promesas oficiales de orden
y seguridad en los preliminares y en el transcurso del
comicio. Creemos llegada la oportunidad de detener este plan
de intimidación, violencia y desorden de parte de núcleos
que se sienten amparados por el oficialismo. En
consecuencia, solicitamos a V. S. ordene el cumplimiento de
parte de las autoridades locales de elementales obligaciones
que tiendan a restaurar el orden, promoviendo el condigno
castigo de los culpables”.
El velatorio del joven dirigente, de 28 años, comenzó en la
Casa Radical de la capital a la que había sido trasladado en
un intento por salvarle la vida, formándose luego una enorme
caravana de vehículos que llevó los restos a Cruz del Eje,
donde el pesar y la indignación convirtió el sepelio en una
manifestación de solidaridad y repudio hacia semejante
atropello.
En el cementerio de Cruz del Eje hablaron, para despedir los
restos del dirigente radical martirizado Luis Cappellini,
por la UCR, Elias Chanaguir, por el Partido Socialista, y
por el radicalismo de Córdoba Melani e Illia.”
Fuentes:
. Diccionario Biográfico Nacional: Unión Cívica Radical -
Enrique Pereyra - Ediciones IML - 1ra. Ed. Buenos Aires,
2012.
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