La Unión Cívica de la Juventud fue un partido político creado el 1 de septiembre de 1889 durante un mitin realizado en el Jardín Florida.
Con la firmas de Francisco Barroetaveña; Marcelo T. de Alvear; Tomás le Bretón; Antonio Ibarguren; Ángel Gallardo entre otros se realiza, dos días antes por medio de varios diarios, un llamado a la juventud de la época para darse cita es domingo a la 13.30 hs. en tradicional predio ubicado en la calle Paraguay y Florida de la ciudad de Buenos Aires.
Bajo la consigna: “…para proclamar con firmeza la resolución de los jóvenes de ejercitar los derechos políticos del ciudadano, animados de grandes ideales, con entera independencia de las autoridades constituidas, y para provocar el despertamiento de la vida cívica nacional” fue la convocatoria a la que asistieron algo más de 3000 personas. La misma respondía a repercusiones que ocasionó la publicación el 20 de agosto de 1889 del documento "¡Tu quoque juventud! (¿Tu también juventud?) En tropel al éxito" escrito por Francisco Barroetaveña.
El Dr. Francisco Barroetaveña fue designado presidente del nuevo partido con sede en el club Gimnasia y Esgrima de esa ciudad y estaba integrado por Leandro Alem, Emilio Gouchón, Juan B. Justo, Martín Torino, Marcelo T. de Alvear, Tomás le Bretón, Manuel A. Montes de Oca, entre muchos otros.
El 13 de abril de 1890 en otro mitin realizado en el Frontón de Buenos Aires la Unión Cívica de la Juventud dejara de existir para dar paso a la creación de otro partido denominado simplemente Unión Cívica.

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA UNIÓN CÍVICA DE LA JUVENTUD
1) Constituir en esta capital un centro político bajo la denominación de Unión Cívica de la Juventud.
2) Concurrir a sostener dentro del funcionamiento legítimo de nuestras instituciones, las libertades públicas, en cualquier punto de la nación donde peligren.
3) Levantar como bandera el libre ejercicio del derecho de sufragio, sin intimidación y sin fraude y condenar toda intervención oficial en los trabajos electorales.
4) Protestar contra todo acto que turbe o impida el libre ejercicio del derecho electoral y perseguir el castigo de los culpables por todos los medios legales.
5) Proclamar la pureza de la moral administrativa de todas sus ramas.
6) Hacer propaganda para levantar el espíritu público, inspirando a los ciudadanos un justo celo por el ejercicio de sus deberes cívicos.
7) Propender a garantir a las provincias el pleno goce de su autonomía y a asegurar a todos los habitantes de la República los beneficios del régimen municipal.
8) Ayudar las iniciativas que tenga por objeto asegurar, por la acción propia de los ciudadanos, los elementos de la defensa nacional.
9) Tomar parte activa en los movimientos electorales, considerando el ejercicio del sufragio como un deber del ciudadano.
10) Invitar a la Juventud independiente del resto de la República a constituir centros políticos de acuerdo con los propósitos que quedan enunciados.
11) Concurrir a un movimiento político general, que encarne los altos fines que persigue la juventud independiente.
Buenos Aires, 1 de septiembre de 1889.