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"Venimos a despedir a un amigo
entrañable, adornado con virtudes singulares, nada comunes.
Un amigo que llevaba al máximo su carácter bondadoso pero
que, al mismo tiempo, sabía mantener con firmeza insólita
sus convicciones. En ocasiones, una apreciación superficial
podría hacerlo aparecer como un tanto ingenuo, cuando esto
no era sino el abrirse permanentemente a cualquier posición
para comprender al prójimo. Un amigo sencillo, que no sabía
de vanidades: no sabía de jactancias. Un amigo valiente que
no sabía de cobardías. Un amigo altruista que no conocía el
egoísmo. Un hombre cabal, de extraordinaria dimensión
humana, encerrada en un cuerpo de salud precaria. Pero
venimos también a despedir a un distinguido correligionario,
a un hombre radical, a un hombre de la democracia, que no la
veía constreñida a las formalidades solamente, sino que la
vitalizaba a través de la participación del pueblo para
poner el acento en los aspectos integrales, en los aspectos
sociales. Y venimos también a despedir a un hombre
calumniado, infamemente calumniado, juntamente con otro
correligionario que está sufriendo una cárcel que nadie se
explica: Hipólito Solari Yrigoyen. Se pretende tergiversar
el sentido de la lucha de estos dos extraordinarios
correligionarios, cuyo único pecado es pretender solucionar
los problemas de los desposeídos, cuyo único pecado es
sostener con Yrigoyen la defensa del patrimonio nacional y,
por encima de cualquier otra cosa, una concepción de la
moral pública, que es lo que está pidiendo nuestra
Argentina. Venimos, pues, a despedir a este amigo
entrañable, a este correligionario extraordinario y a este
hombre calumniado. Algún día una calle de esta ciudad
llevará su nombre, porque su lucha se realizará y
fructificará. Ruego a Dios que haga que el alma de Mario
Abel Amaya descanse en paz. Ruego a Dios que permita
sacarnos cuanto antes de esta pesadilla, de esta sangre, de
este dolor, de esta muerte, para que se abran los cielos de
nuevo; que en algún momento podamos venir todos juntos a
esta tumba con aquellos recuerdos agridulces y recordar el
esfuerzo del amigo y poder decirle que se realizó, que dio
por fin sus frutos".
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